Canadá -Tercera Parte
El puente Rainbow Bridge es el que une las cataratas del Niágara estadounidenses con las de Canadá. El lado Canadiense tiene las mejores vistas de las Cataratas del Niágara, según los entendidos, y cruzar este puente cuesta en coche 3,25$ y andando 50 centavos. Cerca del puente se encuentra la zona de Clifton Hill. Ubicada a una cuadra de las cataratas, tiene 35 atracciones, entre ellas la nueva Rueda del Cielo del Niágara, la rueda de observación más grande de Canadá. Con una impresionante altura de 175 pies por encima de la ciudad, ofrece unas vistas increíbles de la Herradura y las Cataratas del lado Americano, tanto durante el día como en la noche.
Clifton Hill tiene una amplia variedad de restaurantes,
un montón de negocios donde hacer compras y numerosos hoteles aptos
para todos los presupuestos. Clifton Hill también es el lugar para salir
de noche ya que tiene clubes nocturnos, clubes de comedia, lugares
donde escuchar música en vivo y cafés que permanecen abiertos hasta
tarde.
La Torre Skylon es
una torre de observación que domina la vista de las cataratas tanto del lado americano como desde el lado canadiense del río
Niágara. Está ubicada en una pequeña colina con vista al Parque
Victoria y a las cataratas, cerca del final de la calle Clark. Tiene 236
metros de altura y en la cima tiene, además del balcón de observación, un
restaurante giratorio que tiene
capacidad para 276 personas y gira una vez cada hora. La construcción de la Skylon comenzó en mayo de 1964 y fue inaugurada el 6 de octubre de 1965.
Los comentarios dicen que la parte canadiense, quizás por ser la más bonita, es también la más comercial de las cataratas. Dicen además que no son tan impresionante como las de Iguazú, pero que obviamente hay que verlas y disfrutarlas en el Maid of the Myst (doncella de la niebla), un barco que realiza un paseo por las tres cataratas: las estadounidenses, las canadienses y la velo de novia, que sale desde los dos países.
En Montreal se encuentra la Biosfera, parece una burbuja de agua en medio de la nada pero actualmente es un museo dedicado al agua y el medio ambiente. Está en la isla de Santa Helena y el edificio, diseñado por Richard Buckminster Fuller, originalmente formaba una estructura de acero y células acrílicas de 76 metros de diámetro y 63 de altura. Un complejo sistema de sombras controlaba la temperatura interior de la esfera.
Los comentarios dicen que la parte canadiense, quizás por ser la más bonita, es también la más comercial de las cataratas. Dicen además que no son tan impresionante como las de Iguazú, pero que obviamente hay que verlas y disfrutarlas en el Maid of the Myst (doncella de la niebla), un barco que realiza un paseo por las tres cataratas: las estadounidenses, las canadienses y la velo de novia, que sale desde los dos países.
En Montreal se encuentra la Biosfera, parece una burbuja de agua en medio de la nada pero actualmente es un museo dedicado al agua y el medio ambiente. Está en la isla de Santa Helena y el edificio, diseñado por Richard Buckminster Fuller, originalmente formaba una estructura de acero y células acrílicas de 76 metros de diámetro y 63 de altura. Un complejo sistema de sombras controlaba la temperatura interior de la esfera.
Comentarios
Publicar un comentario