Bélgica - Tercera Parte



Uno de los sitios más bellos que podemos disfrutar en Bélgica es, sin dudas, la reserva natural de Het Zwin, situada en un antiguo estuario, lo que le permite estar rodeada de unos espectaculares bosques, donde los turistas aprovechan para realizar senderismo.

Además, entre los atractivos de este destino turístico no podemos dejar de mencionar la impresionante cantidad de animales que se encuentran en el interior de este espacio, con ejemplares de cigüeñas, patos y garzas que nos toparemos en cada zona de la reserva, los cuales son totalmente inofensivos para los visitantes.

Para poder llegar a este recinto debemos saber que la reserva se encuentra ubicada en la comunidad de Knokke-Heist, muy cerca de Damme, ciudad que de hecho, tiene una gran relación histórica con este espacio, ya que uno de sus símbolos es la cigüeña, que puede encontrarse dentro de la reserva, donde es protegida como si fuera un dios.

Reserva Natural desde 1952, es el primero de los espacios naturales protegidos del país y hace frontera con Holanda donde continua la extensión de dunas, diques, marismas saladas y dunas. Entre todos los animales que podemos hallar en esta parte de Bélgica, destaca especialmente la cantidad de aves, ya que los científicos estiman que más de la mitad de todas las especies registradas en Bélgica se puede encontrar aquí, en una transición entre el mar y la tierra. Definitivamente, se trata de un paseo natural que no puedes perderte por ninguna razón si te encuentras en Bélgica.


Representando al espíritu independiente de los belgas las estatuas de manneken pis y jeanneke pis o el zinneke pis en Bruselas. Extraña Bélgica.

Dinant es una población encastrada entre los macizos rocosos de las Ardenas, y el río Mosa. Su ciudadela encima de la roca, la hacen muy atractiva al turismo, además toda esta zona está rodeada de castillos, abadías, museos, cuevas o fábricas de cerveza, todo en medio de una naturaleza impresionante.

El Campanario de Mons y su museo, Patrimonio Mundial de la Unesco, de 87 m de altura es el único de estilo barroco de Bélgica. Es símbolo de la identidad de Mons, «El catiau» como lo llaman sus habitantes.

En ocasiones lo más visitado y admirado no son los lugares más grandes y espectaculares, en Mons tenemos un curioso ejemplo de ello, se trata de una simpática figura de hierro forjado situada en la fachada del Ayuntamiento que casi pasa desapercibida a simple vista, el Mono de Mons.  También llamado  “Singe du Grand Garde”, se ha convertido en todo un icono de la ciudad. No puedes decir que has visitado Mons, sino, has tocado la cabeza de este mono para la buena suerte.


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