Etiopía
Etiopía es un país situado en el Cuerno de África, cuya capital es Adis Abeba. Nunca ha sido colonizado, manteniendo su independencia durante toda la Repartición de África, excepto por un periodo de cinco años, cuando estuvo bajo la ocupación italiana. No tiene acceso al mar desde la independencia de Eritrea.
El Parque Nacional Simien fue creado por la erosión secular masiva originando en la meseta etíope uno de los
paisajes más espectaculares del mundo con picos, valles hondos y
precipicios escarpados que alcanzan los 1.500 metros de profundidad. El
parque sirve de refugio a especies animales extremadamente raras como el
babuino gelada, el zorro de Simien y el ibex walia, una cabra montesa
que no se encuentra en ningún otro lugar del mundo.
Las iglesias talladas en la roca de Lalibela, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1978, son un conjunto de iglesias rupestres excavadas en la roca basáltica rojiza de las colinas de la ciudad monástica de Lalibela. Situadas en una región montañosa del corazón de Etiopía, en las
proximidades de una aldea tradicional de casas redondas, las once
iglesias medievales de esta “Nueva Jerusalén” del siglo XIII fueron
excavadas y esculpidas en la roca. Lugar sagrado de la cristiandad
etíope, Lalibela sigue siendo hoy en día un centro de devoción y
peregrinación.
El valle bajo del Awash posee uno de los más importantes conjuntos de
yacimientos paleontológicos del continente africano. Los restos de
homínidos encontrados en este lugar, algunos de los cuales datan de
cuatro millones de años atrás, han proporcionado datos esenciales acerca
de la evolución de la especie humana, que han modificado nuestra visión
de la historia de la humanidad. El hallazgo más espectacular tuvo lugar
en 1974, cuando se descubrieron 52 fragmentos óseos que permitieron la
reconstitución del esqueleto de la célebre “Lucy”.
Ubicadas cerca de la frontera septentrional de Etiopía, las ruinas de la
ciudad de Axum señalan el emplazamiento del centro del poder etíope en
la Antigüedad, cuando el reino del mismo nombre era el más poderoso de
los estados situados entre el Imperio Romano de Oriente y Persia. Las
ruinas colosales de Axum datan de los siglos I a XIII y comprenden
obeliscos monolíticos, estelas gigantescas, sepulturas reales y
vestigios de antiguos castillos. Mucho tiempo después de que se
consumara la decadencia política de la ciudad (hacia el siglo X), las
ceremonias de coronación de los emperadores etíopes se seguían
celebrando en esta ciudad.
Lago Shala es un lago alcalino ubicado en el Valle del Rift de Etiopía, en el Parque Nacional Abijatta-Shalla. El lago tiene 28 kilómetros de largo y 12 de ancho, con una superficie de 329 kilómetros cuadrados. Tiene una profundidad máxima de 266 metros y está a una altitud de 1.558 metros. Por lo tanto, es el más profundo de los lagos del Valle del Rift de Etiopía. Conocido por los manantiales de azufre en el lecho del lago, sus islas están habitadas por grandes pelícanos blancos.
El Parque Nacional de Dinsho se encuentra ubicado al sureste de Etiopía en la región de Oromia y en pleno corazón de las montañas Bale. La altitud de este impresionante parque oscila entre los 1.500 m y los 4.377 m, no en vano la cota más elevada de este parque, el monte Tulli Deemtu, es la segunda montaña más alta de todo el país.
El Omo Park es una de las principales maravillas de Etiopía. Se
trata del parque natural más grande del país con más de 4.000 kilómetros
de extensión y su nombre se debe a que alberga en su interior un gran
tramo del río Omo. En esta parte de Etiopía se pueden ver todo tipo
de animales y una grandísima variedad de fauna. Es posible encontrar
elefantes, jirafas e incluso leones y leopardos; y en cuanto a la fauna,
hay todo tipo de árboles, de vegetación y de flores que además poseen
un colorido increíble y le dan al paisaje una luminosidad y una belleza
indescriptible.
Los castillos ya son esencialmente mágicos en sí mismos, se encuentren
donde se encuentren, pero se revelan como especiales si los encontramos
en un lugar como África, pues sus gentes se caracterizan por ser nómadas
y, por tanto, no tienen en general construcciones antiguas. Todavía más
mágico resulta si no hay un castillo sino muchos de ellos, y todos concentrados en una misma ciudadela. No en vano, Gondar, que así se llama esta ciudad, también se conoce como la «Camelot de África».
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